Tareas 2.0: la dimensión digital en el aula de español lengua extranjera
En poco más de una década hemos pasado de ser consumidores pasivos de conocimiento en la web 1.0. a ser consumidores, creadores y difusores activos de conocimiento en la web 2.0 (también conocida como web social o web colaborativa), y todo ello sin la necesidad de ser expertos en lenguaje de programación. Quizás para muchos profesores de lenguas extranjeras, este concepto sea todavía poco conocido, pero las nuevas generaciones de aprendientes están cada vez más concienciadas de que la web es un lugar en el que pueden utilizar la lengua para interactuar entre sí con el fin de resolver tareas de forma digital. Esta nueva perspectiva ha cambiado la forma de entender el aprendizaje y el uso de la lengua. Además, la publicación del MCER (Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas) y su postura favorable ante la perspectiva orientada a la acción han propiciado que la lengua se convierta en un instrumento de comunicación a través del cual el aprendiz construye su propia identidad, se socializa y resuelve tareas comunicativas de forma colaborativa. Cuando estas tareas tienen lugar en un entorno digital reciben el nombre de "tareas 2.0".
Este perfil de web 2.0 lleva ya entre nosotros mucho tiempo, sin embargo, hasta que Tim O’Reilly no acuñó el término, no fuimos del todo conscientes de esta nueva realidad que cambia la forma de ver la comunicación en la red. Esta web ha pasado por muchos estadios hasta consolidarse como un servicio colaborativo digital. Aunque a veces ha sido infravalorada, fundamentalmente por centrar la atención en el formato, lo realmente relevante y valorable de la web social es el contenido y la forma en la que este se distribuye. Si hay una palabra para definir esta web esa es “conversación”.
Los distintos instrumentos de la web 2.0 permiten a los usuarios hacer circular la información de muy diversas formas. En primer lugar, nos encontramos con herramientas verticales como los blogs, el videoblogging y el podcasting, en los que la información circula desde arriba hacia abajo. En segundo lugar, las herramientas horizontales, entre las que destacan las wikis, el etiquetado social y los repositorios de contenido (YouTube, Flickr, Wikipedia), a través de las cuales cualquier usuario puede ser el editor del contenido. Y por último, las reticulares, en las que se crea una comunidad de usuarios circular, como ocurre en redes sociales como Facebook o Tuenti. A pesar de las diferencias existentes entre estos medios, hay muchas cosas que tienen en común, y es que todos ellos permiten al usuario ser lector y editor del contenido web, compartir información y gestionarla de forma sencilla, y todo ello dentro de una red en la que se establecen relaciones sociales.
En el momento actual en el que vivimos, la tecnología, junto a otros elementos sociales, culturales y económicos, está cambiando la forma de entender el sistema educativo. Fomentar el aprendizaje cooperativo, la autonomía del aprendiz y la adquisición de estrategias, entre otros aspectos, es fundamental en el panorama educativo presente. Y en este contexto, se enmarca el concepto de tarea 2.0 del que hablábamos al principio. Se entiende por tarea 2.0 la actividad o conjunto de actividades que una serie de participantes realizan de forma cooperativa y comunicativa para conseguir un objetivo concreto. Pero para que una tarea pueda inscribirse dentro de la filosofía de la web 2.0 debe «dar la posibilidad de generar o publicar contenido, compartirlo con otros usuarios de la web y participar en la “gran conversación digital”». El profesor deberá guiar a los alumnos en la consecución de la tarea, pero serán estos también los que se involucren en la creación de sus propias tareas 2.0 en base a los objetivos propuestos por el docente. La evaluación de estas tareas digitales debe tener en cuenta la participación del alumno, el proceso y las tareas de negociación que se dan entre los aprendices, el carácter social y real de la actividad y, finalmente, el estilo de aprendizaje del alumno.
En definitiva, los procesos de enseñanza-aprendizaje combinados con la red social están cambiando la forma de ver los procesos educativos. Sea cual sea el camino que se siga en un futuro, lo que está claro es que debemos mantener la mente abierta, porque todo aquel que quiera aprender lo hará, pero las formas y el formato en el que lo haga probablemente cambien constantemente.
Este perfil de web 2.0 lleva ya entre nosotros mucho tiempo, sin embargo, hasta que Tim O’Reilly no acuñó el término, no fuimos del todo conscientes de esta nueva realidad que cambia la forma de ver la comunicación en la red. Esta web ha pasado por muchos estadios hasta consolidarse como un servicio colaborativo digital. Aunque a veces ha sido infravalorada, fundamentalmente por centrar la atención en el formato, lo realmente relevante y valorable de la web social es el contenido y la forma en la que este se distribuye. Si hay una palabra para definir esta web esa es “conversación”.
Los distintos instrumentos de la web 2.0 permiten a los usuarios hacer circular la información de muy diversas formas. En primer lugar, nos encontramos con herramientas verticales como los blogs, el videoblogging y el podcasting, en los que la información circula desde arriba hacia abajo. En segundo lugar, las herramientas horizontales, entre las que destacan las wikis, el etiquetado social y los repositorios de contenido (YouTube, Flickr, Wikipedia), a través de las cuales cualquier usuario puede ser el editor del contenido. Y por último, las reticulares, en las que se crea una comunidad de usuarios circular, como ocurre en redes sociales como Facebook o Tuenti. A pesar de las diferencias existentes entre estos medios, hay muchas cosas que tienen en común, y es que todos ellos permiten al usuario ser lector y editor del contenido web, compartir información y gestionarla de forma sencilla, y todo ello dentro de una red en la que se establecen relaciones sociales.
En el momento actual en el que vivimos, la tecnología, junto a otros elementos sociales, culturales y económicos, está cambiando la forma de entender el sistema educativo. Fomentar el aprendizaje cooperativo, la autonomía del aprendiz y la adquisición de estrategias, entre otros aspectos, es fundamental en el panorama educativo presente. Y en este contexto, se enmarca el concepto de tarea 2.0 del que hablábamos al principio. Se entiende por tarea 2.0 la actividad o conjunto de actividades que una serie de participantes realizan de forma cooperativa y comunicativa para conseguir un objetivo concreto. Pero para que una tarea pueda inscribirse dentro de la filosofía de la web 2.0 debe «dar la posibilidad de generar o publicar contenido, compartirlo con otros usuarios de la web y participar en la “gran conversación digital”». El profesor deberá guiar a los alumnos en la consecución de la tarea, pero serán estos también los que se involucren en la creación de sus propias tareas 2.0 en base a los objetivos propuestos por el docente. La evaluación de estas tareas digitales debe tener en cuenta la participación del alumno, el proceso y las tareas de negociación que se dan entre los aprendices, el carácter social y real de la actividad y, finalmente, el estilo de aprendizaje del alumno.
En definitiva, los procesos de enseñanza-aprendizaje combinados con la red social están cambiando la forma de ver los procesos educativos. Sea cual sea el camino que se siga en un futuro, lo que está claro es que debemos mantener la mente abierta, porque todo aquel que quiera aprender lo hará, pero las formas y el formato en el que lo haga probablemente cambien constantemente.
HERRERA, F. y CONEJO, E. (2009): Tareas 2.0: La dimensión digital en el aula de español lengua extranjera. MarcoELE. Revista didáctica de ELE, 9. Disponible en: http://marcoele.com/descargas/9/herrrera_conejo.tareas2.0.pdf. Última consulta: 29/03/2015.